Soñar es de valientes (como conseguí mi 1er #sub3h)


Apunte 1: A muchos le da miedo tener grandes sueños, ¿no sé si es por miedo al fracaso o por miedo a conseguirlo?

Apunte 2: Más de 6 meses preparando una prueba de forma específica, más de dos años preparando el cuerpo para el entrenamiento, desde Septiembre levantándome a las 5,15 de la mañana para correr con unos locos de las maratones.... todo eso tiene sentido si la noche, antes de la prueba, piensas que puedes conseguirlo. 

Paso por el km8
Apunte 3: Gracias a todos, la Marea Naranja por su apoyo, a los entrenamientos de Quero/FH, a los locos de R&B, a Carlos Pérez por acompañarme en los momentos más duros de la maratón, a Fernando H. por ser una constante inspiración, a Julia.... bueno por tantas cosas, en serio bajar de 3h en una maratón para un runner aficionado es un pasote, hacerlo de esta manera y rodeado por tan buenas personas es mucho más!! 

Lo más bonito de los retos es soñarlos... soñar que eres capaz de crear, construir, superar tus miedos, batir tus marcas, cruzar tus meta, simplemente hacerlo mejor, ser mejor.

Quizás todavía sueño demasiado mientras estoy despierto, mi cabeza se parte normalmente entre tres cosas que veo simples pero que llevarlas acabo son muy complicadas, poder formar una familia, trabajar en algo que pueda hacer un mundo mejor y correr más, y más rápido... Muchos dicen que estoy loco o que soy inmaduro, yo simplemente digo, que por ahora soy feliz...

Hace un par de años tuve un sueño, os cuento un poco sobre mi para poneros en contexto, el que no me conozca debería saber que me encanta correr, lo he hecho siempre y mientras mi físico y responsabilidades me lo permitan lo seguiré haciendo. Simplemente correr me hace mejor persona.

El sueño del que hablo era muy simple y era ser capaz de correr la distancia de la Maratón en menos de 3 horas, para algunos será una marca malísima, para otros inalcanzable, pero para mi era mi era un reto, un desafío...

Aunque falta Fernando M. los locos del R&B
Este sueño era bastante real, por lo que recuerdo estaba en los aparcamientos con Julia, Fernando y Emilio, que mejor manera de empezar, mi chica y dos de mis compañeros de fatiga, como comentaba era muy real pues podía sentir el frio de la mañana, el sol ya despuntaba por el horizonte de Sevilla detrás del rio y aunque llevaba guantes tenía las manos heladas.

De repente estábamos apunto de entrar en los cajones de salida cuando 3 amigos más aparecieron de la nada, esto es lo que me gusta de los sueños más de 10.000 personas entre corredores y público y vas y te encuentras con tus amigos con los que ni siquiera habías quedado, muchos abrazos ánimos y cuando me doy cuenta suena el disparo de inicio...

Los primeros km eran totalmente irreales mi ritmo objetivo era de 4:15 y mi crono marcaba 3:55 como dirían algunos iba volando bajo, pero lo mejor de todo es que no me costaba nada, simplemente me deslizaba por el asfalto adelantando a muchísimos corredores, era una sensación magnífica, así llegue al km 10 en 39’ en medio me pareció ver hasta algunos clientes que me animaban, que cosas!?, y los km pasaban como si se tratasen de una película, constantemente miraba el reloj y este seguía congelado en 3:55 desde hacía un tiempo, la cosa seguía bien...

Animando al público, los corredores tenemos que ayudarles también
Al pasar por la media el crono marcaba 1h23 y como por arte de magia apareció Carlos corriendo a mi lado, íbamos hablando y comentando lo bonita que es la ciudad y lo mucho que animaba la gente, y sin darme cuenta ya estaba cruzando el km 28. Era todo muy real, lo único que me indicaba que todo aquello era un sueño era que casi no estaba cansado y que mi preocupación principal era que si mis amigos los de la Marea Naranja me habrían visto al pasar por las cámaras y así pasé por el km 30 ¡y habían pasado menos de 2h!... el sueño era genial, cualquiera que haya corrido alguna vez sabe el mérito que tiene correr por debajo de 4min el km durante 2h y claro como era un sueño mis piernas seguían moviéndose como si fueran al compas de alguna extraña melodía, la sensación, sería similar a la que sentían las ratas cuando escuchaban las notas del flautista.... la única diferencia es que la música aquí la ponían miles de personas gritando y animando en las calles.

Ahora lo recuerdo con cariño pero lo pasé muy mal, creo que pasé el km 39 y atravesábamos el parque del alamillo, al mirar al frente empecé a ver fantasmas, de repente mis piernas se quedaron sin fuerzas y tenía que parar, mover las piernas me costaba muchísimo y apenas avanzaba, nada que ver con la sensación de hace unas 2h y media, iba a parar cuando por arte de magia volvió a aparecer Carlos Pérez, me gritaba cosas muy raras como “venga cabrón que te vas a salir” y creedme eran las palabras más bonitas que he escuchado en mi vida.
Salida de la carrera, aquí volaba

Ya veía el estadio, pero seguía atrapado en la pesadilla, por más que corría, por más que alargaba la zancada el estadio seguía a la misma distancia, ni más cerca, ni más lejos, estaba atrapado en un ir y venir de zancadas para quedarme en el mismo sitio, de repente la gente desapareció, estaba solo corría por una carretera empinada mis fuerzas habían desaparecido, me movía por pura inercia cuando estaba bajando por un túnel oscuro, hacía frio y cada vez que mis pies impactaban en el asfalto, parecía que las piernas iban a romperse... mis músculos eran cristal y justo cuando iban a estallar, salió el sol, estaba dentro de un estadio en el 300, me acordé de todas las veces que de niño ataqué en esa distancia cuando corría el 1000, y me vi tenía 15 años salí por la calle 2 y todo el estadio animaba, la megafonía atronaba con una música que no puedo recordar, ya estaba girando en la curva, era el momento de apretar, pero me entraron unas ganas locas de hacer el avioncito y me puse hacer el tonto delante de unas 2000 personas pero era la persona más feliz de los 7150 corredores... total que cuando miré el crono marcaba 2h47, sino fuera un sueño tendría que estar alucinando pues mi última marca fue 3h06.

Celebrando con Emilio la medalla conseguida
De ahí, en adelante todo se mezcla apoyo de los amigos en el estadio y en las redes sociales, abrazos, dolor en el todo el cuerpo, mucha alegría...una mezcla de sensaciones que son imposibles de explicar...


Como os he dicho al principio tener retos y soñarlos es genial, por que aunque creamos que no los podemos conseguir, si luchamos y trabajamos duro, en ocasiones nos sorprendemos a nosotros mismos y simplemente se cumplen.



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